Lectura para todos


Leer solos, leer con otros, leer en pareja, leerle a otros, leer por otros, que nos lean.

Apropiarnos del mundo, de los mundos , de los sentidos, de las palabras y hacerlos nuestros.

Leer no para buscar verdades si no para entender y complejizar el mundo, leer para conocer, leer para recordar y a veces para olvidar. Leer para recuperar el espacio público. Leer para seguir construyendo juntos un país en donde todas y todos puedan ser parte de un proyecto emancipador.

sábado, 1 de enero de 2011

PALABRAS DE LA PRESIDENTA

     Hubo una generación, la nuestra, que en su infancia y adolescencia tuvo como marca distintiva, la compañía de un libro. Lo atesorábamos, lo llevábamos a la cama, lo releíamos una y otra vez si nos había gustado mucho.
     Tal vez porque nada es inocente, muchos libros –y la lectura misma– se fueron perdiendo en las enormes piras incendiarias que de la palabra y de las ideas llevó adelante, implacable, la dictadura. No es casual entonces que, en nuestro país de hoy con su democracia recuperada y consolidada, estas antologías para niñas, niños y jóvenes lleguen en la forma de un libro de lectura, en el año del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Por sus páginas desfilan grandes escritores argentinos de los últimos tiempos, que también van contando su historia.
     La lectura es una herramienta de crecimiento y de autonomía, y la literatura es, acaso, el camino más bello para constituirnos en lectoras y lectores. Por eso también podemos ver a través de estas páginas, autores de libros infantiles que fueron prohibidos; y nos reencontramos con Haroldo Conti y Rodolfo Walsh, que emergen venciendo el olvido y el destierro de la memoria a la que quisieron someter a las víctimas del terrorismo de estado. Siguiendo este itinerario por las mejores expresiones
de las letras nacionales, allí también aparecen –como no podía ser de otra forma– Borges y Cortázar y, con ellos, sus obras que perduran a través del tiempo.
    Pensamos que la buena literatura es la que nos abre interrogantes y, al hacerlo sugiere –sin necesidad siquiera de escribirlas– muchas respuestas sobre la vida y el mundo a través de los siglos. No todas, porque tal vez las respuestas más importantes no se logran en términos individuales,
sino que se construyen colectivamente.
    La verdadera igualdad de oportunidades está en asegurar el acceso universal a los bienes materiales y culturales. A todos ellos por igual. Y la palabra es un bien cultural cuya riqueza debe ser distribuida con equidad, para que estas generaciones y las futuras puedan ser más libres
y contribuyan en la tarea de construir un país mejor.
    Esperamos que todos nuestros alumnos –que asisten al espacio más democrático entre todos aquellos que una sociedad puede dar, que es la escuela– disfruten de estas antologías, de las lecturas de escritores y escritoras que han dejado en sus letras un tramo de historia que invitamos a recorrer.
    Queremos seguir poniendo en circulación las palabras y las ideas, asegurando el derecho a la lectura como una riqueza de pleno sentido, que nos consolide como la Nación que soñamos ser en este Bicentenario de la Patria y nos proyecte al nuevo siglo armados del saber y la belleza que los libros nos acercan.
Con tales armas los pueblos suelen conquistar sueños imposibles, alcanzar los logros más perdurables y descubrir que las utopías nos siguen rozando la piel.
Dra. Cristina Fernández de KirchnerPresidenta de la Nación

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